viernes, 20 de abril de 2007

Tengo hambre ...

Con el objetivo de divertir a un grupo de personas sugerimos esta actividad, que además, nos acercará a las costumbres alimenticias de los linces ibéricos de Doñana.

El número idóneo de participantes para realizar esta actividad oscila entre 20 y 50, no siendo conveniente llevarla a cabo si no somos, al menos, un grupo de 10 personas. No necesitaremos ningún material especial para poder desempeñarla, sin embargo, algo que sí hemos de tener en cuenta, es que debemos elegir un espacio abierto y sin obstáculos, donde sea posible correr sin peligro a sufrir tropiezos o caídas. Una pradera, un cortafuegos o la playa pueden ser algunos de los lugares más indicados.

El monitor pedirá que se formen dos conjuntos de igual número de personas. Después de delimitar los márgenes del terreno de juego, cada grupo se situará enfrente del otro a una distancia de, aproximadamente, 15 o 20 metros y el monitor, colocado en medio de ambos, comenzará a introducir a los participantes en la actividad.

Los que estén situados a su derecha harán de conejos y los de su izquierda serán las perdices. Estas son las dos presas favoritas de los linces de Doñana (papel que representará el monitor). Cuando éste grite: ¡Tengo hambre!, cada grupo saldrá corriendo con el objetivo de llegar hasta el extremo contrario del campo, sin ser atrapados por el lince. Los conejos y las perdices que sean atrapados se transforman en linces y, a partir de este momento, ayudarán al monitor a cazar, repitiendo con él la frase: ¡Tenemos hambre!. Seguiremos hasta que todos las perdices y conejos se hayan convertido en linces.

Como los grupos corren en sentido contrario los unos a los otros, es más que probable que se produzcan pequeños encontronazos entre ellos. Este detalle merece especial atención por parte del educador que deberá recordar a todos los participantes que extremen las precauciones para no hacerse daño en las posibles colisiones.

Cuando el juego termine, todos se sentirán algo cansados. Aprovechando este cansancio, nos sentaremos en un amplio círculo. El monitor comenzará una charla comentándoles, que cuando había pocos predadores y gran cantidad de presas era fácil para cada lince conseguir su sustento, pero cuando sucedía lo contrario, había muchos linces que se quedaban sin comida. De ahí la necesidad de preocuparnos no sólo por la conservación de los linces, sino también de aquellos animales que les sirven de alimento.

1 comentario:

chule dijo...

Hola, que tal!!!
como estamos??
Bueno, voy regresando de unas de las mejores vacaciones de mi vida.
Estamos en contacto
Cuidate
Saludos!!