sábado, 23 de junio de 2007

Enorme ignorancia ...

La vida es la esperanza de vivir. Los propios ancianos no consiguen disfrutar de lo presente y lo consumen en esperanzas, aspiraciones y preparaciones. Ignoran o no quieren saber que el porvenir se limitará a repetir lo pretérito sin llevarles nada nuevo. Llega la muerte y resuta que no vivimos sino para un día de mañana siempre constante, que no llegamos a ver jamás.

No se ha comprendido nada del universo. Se tiene esta convicción y se divulga. Pero el desconocimiento es tan profundo, que nadie puede comprender la enormidad de esa ignorancia. Por consiguiente, no me asombro de nada. Todo es posible y, en consecuencia, no hay nada inverosímil.

Los ídolos de un filósofo. Charles Richet.

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