
Junto a este río deseo quedarme. Observaba la corriente con cariño, su verde transparencia, sus ondas cristalinas, con dibujos maravillosos. Contempló las perlas claras que subían desde el fondo, las burbujas que flotaban en la superficie, el espejo del azul del cielo. El río también lo miraba con sus mil ojos, verdes, blancos, ambarinos, celestes. ¡Cuánto amaba aquella corriente! ¡Cómo le encantaba! ¡Cuántas cosas le agradecía! Desde el interior de su corazón escuchaba la voz que despertaba de nuevo y le decía: "¡Ama este río! ¡Quédate cerca de él! ¡Aprende de él!
¡Oh, sí!, quería aprender del río, deseaba escucharlo. Le parecía que quien comprendiera a esta corriente y sus secretos, también entendería muchas otras cosas, muchos secretos, todos los misterios.
Siddharta. Hermann Hesse.
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