Aprendemos las verdaderas consecuencias de nuestros errores cuando nos vemos a punto de repetirlos.
Hay que saber qué se busca para saber qué pasar por alto.
La mayoría de las heridas infligidas por la verdad solo pueden curarse con más verdad.
Nuestros sentimientos deben permanecer vibrantes, frescos, ligeros, incluso cuando son tristes, e incluso cuando envejecen.
Algunos errores son demasiado buenos para lamentarlos.
Aún más destructivo que la mala suerte es nuestro rencor hacia ella.
El filósofo de bolsillo. Simon May.
2 comentarios:
Es impresionante lo que las palabras logran, las tuyas, o bien, las que tomas prestadas de alguien mas, para hacerlas parte de este algo tan tuyo, llamado blog, siempre me dejan sin palabras.
Eres un ser, especialmente único.
Besos
Y una cosa mas, te podría robar el texto del post, para publicarlo en el mio?
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