es decir, no huele a nada.
El viento ha barrido los olores,
y se ha quedado la tierra absolutamente descampada.
Sale hoy la luna muy temprano
y antes de amanecer está muy alta.
El azul del horizonte se diluye,
las nubes a lo lejos son hilachas.
Las yemas de los chopos están en su apogeo
pero aún no son nada.
Pasado mañana, si Dios quiere,
serán hojas muy blandas.
Doñana 1.988. Cristina Beato Guerra.
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