jueves, 19 de julio de 2007

Los impacientes ...

Lo que está en vías de desarrollo se rebela contra el futuro; es demasiado impaciente para hacer otra cosa. El joven no quiere esperar a que su concepción del hombre y de las cosas se consuma a costa de largos estudios, privaciones y dolores; por consiguiente, acepta sin recelo la imagen enteramente acabada que le ofrecen, como si descubriese en ella anticipadamente los trazos y los colores de su cuadro; se entrega a un filósofo, a un poeta, a una causa y durante mucho tiempo se convierte en su esclavo renegando de sí mismo. Así aprende muchas cosas, pero con frecuencia también olvida lo que es más digno de ser aprendido: el conocimiento de uno mismo; por esta razón no deja de ser un partidario durante toda su vida. ¡Hay que sufrir y trabajar mucho hasta dar con el pincel y con el lienzo! E incluso entonces estaremos muy lejos aún de dominar el arte de vivir, aunque, por lo menos, seremos dueños de nuestro propio taller.

El caminante y su sombra. Friedrich Nietzsche.

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